Cuando Verónica llamó para decirme que lo nuestro no podía continuar, mi corazón se detuvo por un instante y mi mente se nubló.
La oía a lo lejos y lo único que pude rescatar antes de que colgara fue un apagado “Lo siento”.
Me quedé con el teléfono aún en la mano tratando de asimilar lo que acababa de oír y cuando por fin me di cuenta de la cruda realidad una lágrima caía lentamente por mi mejilla. Empecé a marcar su número. No sabía exactamente por qué la llamaba, estaba todo claro: Ella ya no quería nada conmigo, pero no, no tenía sentido, ella nunca se mostró diferente, no me dio ni una señal de disconformidad...
Quería llamarle para preguntarle en qué me había equivocado o por qué tan repentinamente había tomado tan crucial decisión. Sin embargo, cuando me contestó, mi boca no producía ni un sonido, me quedé mudo, quizás simplemente solo quería oírla otra vez y comprobar así que todo había sido pura imaginación mía.
-Aló? -contestó ella.
-…
-¿Aló? ¿Stev? Sé que eres tú, perdóname por favor.. Pero no sé, ya no es lo mismo. ¡Te quiero!, en serio te quiero, pero creo que quizás otra chica te haría más feliz, yo también seguiré mi camino. Créeme que eres un buen chico, y como enamorado no creo que encuentre a nadie mejor, pero en serio necesito seguir, ser libre, tú ya no eres el mismo y yo tampoco soy la misma..
-Vero..
-Podemos ser amigos, claro, si tú quieres. No te culparía que me estuvieras odiando en este momento, en verdad lo siento. Ya conocerás a alguien con quién realmente seas muy feliz.
-Eres lo único que necesito para ser feliz..
-Por favor.. No lo hagas más difícil.
-¡Bien! Si tú no eres feliz conmigo entonces encuentra a tu pareja perfecta y ¡sé feliz con él!
Colgué el teléfono molesto y destrozado.
¿Todo ese amor que decía sentir por mí, era fingido? Ella ya no me quiere, nunca me quiso... ¡Pero yo cuánto la amaba! Y la sigo amando a pesar de todo. ¡Qué idiota fui! ¡Dios! ¡Qué imbécil soy!
¿Qué hago? No sé qué hacer. ¿Debería luchar por ella o dejarla ir?
Lloré amargamente toda la noche. Lloré hasta que se me secaron las lágrimas, sin poder pegar ni un ojo por lo confundido y dolido que estaba.
De cualquier forma yo ya no volvería a funcionar bien. Lo único que iluminaba mi vida se había marchado, dejándome en su lugar una estaca clavada en mi pecho en medio de la más espesa obscuridad.
Pero en cambio ella está libre, si, así dijo, “Pero en serio necesito seguir.. SER LIBRE...”
Qué fácil pueden herirme sus palabras. Qué fácil llegué a creer todas esas cosas bonitas que decía sentir por mí.
Quieres que seamos “amigos”, claro “si yo quiero”, claro, muy buenos amigos después de todo el daño que me estás haciendo. En el fondo siempre has querido eso, nunca te ha gustado comprometerte, a pesar de que me convencías lo contrario.
¡A la mierda tanta compasión! Desde ese día yo ya no he sido el mismo, ¿Amor? ¿Qué es eso? ¿Es posible que exista alguien capaz de quererme para siempre?
Pido mucho, quizás por eso sigo solo. Hace tiempo que no salgo con mis amigos –o con gente– No recuerdo la última vez que sonreí o la que mostré algún tipo de emoción, me he vuelto una cosa monótona, un témpano de hielo. Mi hermana cree que más bien parezco un alma en pena.
Sea como sea, ella no tiene la culpa, fue mi culpa por quererla tanto, y si ha tomado esa decisión la voy a respetar.
Argg!! ¿A quién engaño? esa tonta explicación que me dio es ridícula ¡Maldita sea! ¡no puedo perdonarte..!
* * *
Estos días han sido todo un caos emocional. Estoy tan confundida.
-¿Por qué terminé con él?
-Porque no lo quieres.
-¡Sí lo quiero!
-Como amigo..
-Pero lo extraño mucho, y no sabes lo mal que me siento, me siento horrible por lo que le dije, no quise decirle eso, solo estaba confundida..
-Que excusa más tonta.
-Es que no me gusta comprometerme.
-¿Por qué? ¿A que le temes?
-A la decepción, quizás? A que todo acabe..
-Sabes que él te quiere. Acaso no te basta con su amor? ¿Qué es lo que quieres?
-¿Lo sé? ¿Cómo lo sé? ¿Cómo uno sabe si lo quieren de verdad? No lo sé.. Mi razón me dice que ya no lo quiero, pero mi corazón lo calla y sólo le pide amor sincero...
-¿Vero?
-¿Si, má?
-¿Con quién hablas?
-¿Ah? Con nadie mami sólo estaba practicando mi exposición frente al espejo..
-Mmm.. buena idea! ¿Y sobre qué tienes que exponer?
-Ehmm.. Sobre… –leí el tema que estaba sobre el tocador– ..el calentamiento global..
-Ah, bueno hija sigue practicando y no te me distraigas mucho eh!
-Si..
Mi madre me dio un beso en mi cabeza y al marcharse me tiré sobre la cama. En el techo observaba como en el corazón que había dibujado en el día que estuve con Steven dos insectos estaban merodeando y se iban de aquí para allá… Me imaginaba a mí con él, caminando juntos, jugando… Y de pronto vi como uno de los bichos se iba por otro camino alejándose de lo que en mi mente suponía sería su pareja… y se iba y se iba, el insecto que aguardaba todavía en el corazón dibujado no se movía para nada, se quedó esperando por un rato.. ‘Ya fue amiga, se fue, lo perdiste’, me dije.
Lloré. Yo también lo había dejado marchar, sin razón alguna y ahora me arrepentía.. Lo extrañaba tanto..